jueves, 5 de junio de 2014
domingo, 15 de septiembre de 2013
¡Tú sí que vales!
Uy!
¡Qué abandonado está esto! No voy a ponerme a escribir un discurso de disculpas
porque a nadie le gusta, incluido vos que estás leyendo. Simplemente agarro la
cuerda de nuevo y retomo la perorata.
Esta
semana tuve un episodio muy pintoresco que me empujó como si de garrafa de gas nitroso se
tratara a escribir una paranoia de las mías.
Estaba
yo muy tranquila en la facultad esperando al profesor de mi siguiente clase
cuando escuché el diálogo entre dos compañeros, el cual paso a detallar.
Resulta
que el compañero, llamémoslo “Fulano”, es un buen dibujante –Acá es cuando hago
un inciso y les cuento que estudio en la Facultad de Humanidades, no en la de
Bellas Artes- o al menos eso decía la compañera con la que hablaba, a la cual
llamaremos “Mengana” (Soy re original, eh?).
Y ahí,
en el momento pelotero de la conversación, cuando por poco le agarro el
cuaderno para comprobar si era el Picasso del S. XXI, Mengana larga: “Yo si tuviera un talento no
estaría estudiando acá”. (Si sos lector/a asiduo/a de mis artículos sabrás
que sufro trastornos mentales severos, los cuales me provocan señales adversas
tales como tics frenéticos en ambos ojos, sequedad en la boca y temblor en las
extremidades superiores. Si es la primera vez que me lees, estás a tiempo de
huir.)
Y ahí,
en medio de un ataque de ira incontrolable es que nació esta posta: QUÉ
DESAGRADABLE LA GENTE PAJA.
Y cuidado con la etimología engañosa que les haga pensar en otra cosa que no
sea “Lo inútil y desechado en
cualquier materia, a distinción de lo escogido de ella”, séptima acepción
de la palabra “paja” en el diccionario de la RAE.
Sí, me
refiero a esa gente que, careciendo de actividades productivas en sus vacías
vidas se empeñan en rellenar lugares que no les toca. Y gente paja hay en todos
los ámbitos de la vida pero como ahora la que me toca aguantar es la que está
en la Universidad es a la que le voy a dedicar este post.
En fin,
sigo. Es genial porque resulta que por un momento se me cayó el mundo encima e
incluso pensé “¿Qué hago con mi vida? ¿Cómo dejé de estudiar Comunicación?”
JAJAJAJAJAJA no, mentira, la segunda era para dar impacto.
Pero
debo reconocer que el tema “talento” se me pasó por delante de los ojos como si
fuera Bruce Willis a punto de estallar el asteroide.
La
angustia duró unos segundos. Luego vino la indignación. Pensaba si alguien se
cuestiona el hecho de que Mario Vargas Llosa o Miguel de Unamuno carezcan de
talento. Es estúpido el mero hecho de escribirlo.
Lo
cierto es que la persona paja tiene un enorme problema de generalización porque
piensa que TODO aquel que la rodea es igual de inepto y desinteresado en
aquello que hace.
¿Qué
pasa cuando entrás a una Universidad que carece de una prueba de acceso? Y sí,
se llena de gente paja.
Lo más
lindo de todo es que intenta hacer como si no pasara nada, levanta la mano ocho
veces por clase y entre susurros le dice al de al lado lo “asqueroso”,
“infeliz” y “pedante” que es el profesor ese que no se digna a contestar de buena
gana toda la sarta de disparates que le pregunta.
¿Por
qué? ¿Por qué tenemos que seguir aguantando a la gente paja? NI DE LEJOS se me
ocurriría compararme con los dos maestros que cité anteriormente pero me gusta
y mucho lo que estudio. Sinceramente, opino que si en lugar de 300 fuéramos
30 los asistentes a clase no solo disfrutaríamos más sino que también
aprenderíamos un cien por ciento mejor.
Ahora
es cuando salta uno y dice “¡Qué injusta! Hay personas que hacen muchos
esfuerzos por estudiar”. Mi respuesta al que opine así es esta: Definitivamente
vos, sí, vos, sos un lector paja. Fuera de mi blog”.
¿Saben
cuántas personas se graduaron en 2012, en total, sumando las 9 licenciaturas y
las 3 tecnicaturas que se imparten en la FHCE? 87. ¿Saben cuántos nuevos
alumnos hay por generación? Entre 800 y 900.
La
deducción es lógica (No me hagan sacar cuentas. Me gusta pero ondeo la bandera
del “soy de letras” a mucha honra).
Y
bueno… Esto se me va a pasar. O no. Porque ese ser sin “talento” que hoy
estudia algo de letras porque no tiene otra cosa que hacer capaz que dentro de
12 años se recibe e incluso compite contigo por un puesto de trabajo.
Pero
tampoco vamos a pedir más, si eso hace la mayoría del país y sin embargo los
vendedores de fibra no aumentan las ventas… Es todo un problema intestinal, al
fin y al cabo.
Uf… Me
quedé sin frase para acabar así que me voy a ordenar la biblioteca que, como
dijo el gran Borges “ejerce de
un modo silencioso el arte de la crítica”.
L.Z.
jueves, 15 de noviembre de 2012
El verano ya llegó... (Primera Parte)
Y con él una serie
de aspectos positivos y negativos de nosotros, los seres humanos.
Convengamos que
este artículo se desmarca de los otros ya míticos “artículos de inicio de
verano” por una sencilla razón: su origen.
Hablo del mismísimo
momento en que acepté la necesidad de plasmar en palabra escrita la terrible
circunstancia en la que me vi envuelta hace tan solo unos días. ¡Qué miedo!
Sólo el hecho de recordarlo me estremece el alma.
Iba yo en un 214.
Afortunadamente bajaba rápido, sino no puedo asegurar haber sobrevivido para
contarlo.
Precioso el aire
acondicionado del bus. Yo venía huyendo de mi casa tras casi recurrir a los
“baños de hielo”. Duro de explicar.
La cosa es que el
viaje pintaba bastante bien, salvo por el hecho de que me tocó pasillo, lo que
en mi caso es augurio de experiencias excitantes… O TERRORÍFICAS.
Sube un grupo de
tres cuarentones de procedencia desconocida, o sea, nunca pude dilucidar si
venían de una casa, del trabajo, de un asado, etc. Posiblemente perdí el
conocimiento intentando descubrirlo.
Y es que los tres,
sí, los tres, vestían unas terribles y apocalípticas MUS-CU-LO-SAS (Permítanme
tomar agua antes de seguir, es demasiado).
¿Alguna vez vieron
algo más terraja, antiestético, anti-higiene que una musculosa de microfibra
masculina?
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, POR FAVOR, NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO |
Vos, hombre que se
niega a eliminar el “pelo en pecho y
espalda”. Vos, que tanto te gusta ventilar los vellos axilares al viento
del aire acondicionado pero te negás a hacer uso de desodorantes por miedo a
dañar la capa de ozono (¿?). ESCUCHAME BIEN: EN MI CARA NO QUERIDO. EN MI CARA
NO.
Pero no piensen que
el tema de la musculosa es un caso aislado dentro de la carpeta cerebral
“traumas estivales”.
Porque en el último
de los recursos, los prefiero con musculosa que paseando el “lechón”
descubierto en la mitad del supermercado.
No sean malos.
Nunca vi a un Tom Hardy o un Channing Tatum reluciendo torso. Siempre
aparecen los Gerard Depardieu.
Tranquilo "Channie" no es contigo el tema. A vos te aceptamos en todos los formatos existentes. |
Tomé la firme
decisión de evitar al máximo las compras
durante el verano. Si puede ir otro, mejor. En particular mi hermano que, con
lo flaco que es, siempre recibe alguna sobra cual indigente (TRUE STORY. Algún
día ampliaremos.)
En fin, dejo por
acá la primera parte del artículo así quedan con la sed de conocer qué angustias
internas me provocan mis congéneres: las mujeres.
L.Z.
lunes, 24 de septiembre de 2012
“NO me fío”
Holaaaa, ¿Hay
alguien ahí? Che que muerto está esto, vamos a darle un poco de vida a ver si
un día de estos nos lanza al estrellato. (Nuestro estimado M. Mac. no da
señales de vida, para mí que está con el amigo “Red” tirado en algún rincón de
Gualeguaychú).
Saben que esta
semana, con dos grupos diferentes de amigos, terminamos charlando del mismo
tema: las cosas que nos generan desconfianza.
Y a mí preguntarme
“¿Qué te genera desconfianza?” es como elegir “muerte”.
En el número 1 del
ranking, si es que existe ranking de desconfianza, estarían los
comerciales/vendedores/currantes en el sentido uruguayo de la palabra. Esa
gente que repite tu nombre 3 veces en una frase de 5 palabras. Dicen que es
estrategia de marketing, yo digo que es motivo de internación. Y miren que de
esto sé. Imaginate que tu nombre es “María” y te llama un comercial por
teléfono para ofrecerte un aparato reductor de peso (a priori ya desconfiaría
de un vendedor telefónico de “aparato reductor de peso” porque capaz que pesa 260 kg seco. Y te lo comés).
El diálogo (Si María fuese yo) sería más o menos así:
-¿Sí?
- ¿Qué hacés María?
¿Todo bien María? ¿Estás gorda María?
-Y vos ¿Querés
comprarte una vida, escalar el Everest, hacer puenting sin cuerda… como quiera
que te llames?
Es así. Pero bueno los que te dicen “amor” y “negri”
cuando hace exactamente 12 segundos que te conocen a mí me ponen los pelos de
punta. Quizás tanto como los que usan el sufijo –is para referirse a todos los miembros de su familia: Prim-is,
sobrin-is, herman-is, ti-is… Aunque este segundo grupo más que desconfianza me
genera pena porque sé que en el fondo es falta de riego… (Riego sanguíneo. Al
cerebro).
Y bueno si me
siguen tirando un poco de la lengua convengamos que me generan desconfianza los
pronosticadores del tiempo, las secretarias, la cinta de doble faz, los
regateadores, la gente que gasta mucho, los diestros y, sin lugar a dudas, los
quitamanchas.
Lo peor de todo es
que esto no es de ahora. Mi psicóloga (Pobre mujer) hace años me lo dijo:
-“Cielo” tu
problema es la falta de confianza en ti misma.
Y ahí fue cuando
arrancó mi “tic” en el ojo izquierdo… Y nunca paró.
L.Z.
L.Z.
martes, 10 de julio de 2012
Estimada seguridad social:
Y así es como sarcásticamente debería haber comenzado mi carta.
Todo empezó el 23 de abril. Mi madre, a quien llamaremos señora B, una de las tantas retornadas a Uruguay, emprendió un excitante camino de aventuras en pos de abrir una unipersonal.
Tal era su deseo de moverse por la vía legal que se dirigió a los dos entes correspondientes (Para no tener represalias sólo voy a poner las iniciales de ambos: DGI y BPS. *BAZINGA*).
¿Por dónde empezar a explicar tan idílico(?) día?
Teniendo en cuenta que las “amables” señoras del DGI de Costa Urbana tienen un cartel de “NO SOMOS INFORMES” y, viendo que, en la mesa de “Informes” el personal brilla por su ausencia, mi progenitora se hizo lo que cotidianamente llamamos “la gila” y preguntó a dónde debía dirigirse.
Todo esto con sólo dos personas para ser atendidas y unas 18 por brindar atención. Pero en fin, no quiero divagar.
He aquí el personal de "informes". Tienen síndrome de X-Men. Sólo pueden ser vistos por gente con i-ma-gi-na-ción... |
Cuenta la leyenda que ante la respuesta: “señora, a mí no me pagan por rellenarle el formulario”, la pobre señora B se sobresaltó un poquito (Somos tanas ¿Qué quieren?). Pero ¡ojo! Que antes de cada frase se refería a la funcionaria diciéndole “cariño”…
4. 4 son las veces que la amable empleada de DGI hizo ir a una copistería a la Sra. B por un sellito, por una fotocopia, por otro sellito, por un enema…
A esa altura del partido a la Sra. B ya le había brotado un tic asesino en el ojo izquierdo.
Saluden a lo lejos a la encantadora señora de DGI. (Parece ser que ya se sumó al cultivo de plantitas) |
Muchas páginas me llevaría explicar al detalle todo el proceso, pero, a grandes rasgos, les comento que, al pasar a la mesa de BPS, la nueva funcionaria (a la que le mandamos un abrazo por ser REALMENTE encantadora) le comenta compungida a la Sra. B que por un error informático el 24 de enero de 1997 le abrieron una empresa y al día siguiente la cerraron, generándole una deuda, valor cero, pero que, a menos de ser cerrada por un superior, no le permitía abrir una nueva, y real, empresa.
Para ese entonces la señora B tenía el tic asesino en ambos ojos.
3. 3 son las veces que, después del hermoso primer capítulo en la Costa de Oro, la señora B ha tenido que ir a BPS central en busca de una solución. De la mesa de entrada al primer piso, del primer piso al segundo piso ala derecha. De botija en prácticas a octogenaria de octogenaria a director inexistente.
Y entre medio de tan apoteósica vorágine, donde la Sra. B ya está a punto de sufrirán derrame cerebral, la dinosauria que se encuentra en el segundo piso ala izquierda, con pinta de necesitar tomar un poco de fibra, le dice a mi ya vegetal madre: “señora, si quiere una solución escriba una carta. ¿Sabe escribir una carta?”.
Ahí es cuando ya le tocaron la moral. Y a mí también. Así que propuse escribir yo misma una carta al “director” mientras me practicaban una gastroendoscopía (me gustan las experiencias fuertes).
Y acá estamos. 3 meses después de iniciar el proceso resulta que el próximo 17 de julio la Sra. B tiene que volver a darse una vueltita por el Paseo Sarandí a descubrir el “veredicto” de mi obra literaria.
Como conclusión, la posta de hoy es que, si tienen que hacer un trámite burocrático: vayan descansados, tomen cereales y un yogur activia y no se despeguen ni por un segundo de su maravilloso sentido del humor.
L.Z.
domingo, 8 de julio de 2012
A la voz del pueblo
Ya han comprobado que si hay algo que gusta a este equipo redactor es dar palo.
Pero esto va a dejar de tener gracia el día que nuestros cerebros dañados por el alto índice de corrosión no produzca más de este delicioso fruto.
Es así que invitamos a todos los lectores a enviar quejas, ideas, regalos y material gráfico a nuestro correo electrónico ojoqueva@gmail.com
Atentamente,
Equipo redactor
viernes, 22 de junio de 2012
Algo que realmente no entiendo…
Como ya sabemos el transporte de ómnibus a veces puede ser
placentero, si vamos a Floripa en bus cama tomando un buen escocés en el
camino, de esa forma si… es ideal.
Pero en este caso voy a tocar o vamos a ver la otra cara de viajar
en bondi, la de ir todos los días al trabajo.
Sinceramente que cosa mas desagradable es ir en bondi a trabajar. Soy dichoso de que me subo a pocas paradas del inicio de la línea y que por
supuesto el bondi va vacío a esas alturas y me doy el lujo de tantear los
asientos para ver cual es mas confortable para un viaje que en mi caso no
supera los 45 minutos.
Dado que trabajo en una ciudad cercana a la capital me ahorro los disgustos
de que el bus se llene como camión de ganado y que no se pueda ni siquiera
abrir una ventana, algo que además de insalubre es incomodo y si el chofer se hace
el schumacher varios pueden lanzar desde el desayuno hasta la merienda y esto
se transforma en una verdadera barbarie.
Así de traumático puede ser un viaje
en bus, una atmósfera que en pocos metros de largo encierra a casi toda la
sociedad, viaja todo tipo de personas: desde la teenager que tiene en su haber
4 criaturas (pobrecitas ellas con los mocos colgando, las manos y la ropa
mugrienta), pasando por la señora pituca que se empapa en su nueva adquisición, un carola
herrera de los posta! Y hace que todo el bus se entere al pasar de su
fragancia. Y nunca falta el pibe que conecta su dispositivo móvil a un parlante portátil y
que por lo general nos engalana con alguna mugre inentendible, no sabemos de
que se trata (creo que él tampoco) que termina siendo contaminación sonora y
eso a las 8 de la matina no esta muy bueno.
Después los guachitos que van al
colegio, se suben armando quilombo y se bajan de la misma forma, te dan ganas
de apiñarlos a todos estos imberbes que te patean, te pegan con las mochilas y
cuándo no con la maldita tabla de dibujo ¼ watman de canto y te parten una
gamba.
Cosas que a uno le van generando una tensión ingobernable y que por lo
general se la traga por que no tiene como descargarla. Y pa' rematar: el odioso inspector que con la monedita le pega a la puerta trasera del bus, (vos dormido), a los gritos, arriando gente pal fondo porque estan todos apilados en la puerta delantera dominados por el desbordante temor de tener que gritar Puertaaaa! ante un fallido timbre.
Pero quiero comentarles
que, como ya hace un tiempo que no sufro estas situaciones por el motivo que les
comenté un poco más arriba, hay algo que sí me re calienta y es lo siguiente.
Por lo general el bus que va a la capital es moderno, tiene aire
acondicionado, es cómodo y seguro, pero los que no van a la capital y hacen
líneas departamentales, a parte de tener una frecuencia espantosa son bondis que
tienen fácil 25 años, divinos para su época, pero por su aspecto uno se da
cuenta enseguida de que ese bus no va al centro, entonces me pregunto…
¿para
qué cuerno la gente para el bus mugroso en el que voy?
En algunos casos se
suben y le dicen el destino al que se dirigen ganándose la magistral cara de
trasero del chofer que se siente inmediatamente inferior por manejar un bus
pedorro y que no recorre una de las mejores líneas, por lo que acaba diciendo en tono seco: “no voy
hasta ahí, bajate”.
Sufrir esto es terrible porque tengo solo un bus para llegar
al trabajo y que llega por lo general con los minutos contados. Aparte, este bus
en cuestión pasa todos los días a la misma hora y es el mismo mugroso de
siempre! ¿Para que lo paran si saben que no es!? NO ES UN TAXI, ES UN BONDI ME
CAIGO Y NO ME LEVANTO!
M.Mac.
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