Uy!
¡Qué abandonado está esto! No voy a ponerme a escribir un discurso de disculpas
porque a nadie le gusta, incluido vos que estás leyendo. Simplemente agarro la
cuerda de nuevo y retomo la perorata.
Esta
semana tuve un episodio muy pintoresco que me empujó como si de garrafa de gas nitroso se
tratara a escribir una paranoia de las mías.
Estaba
yo muy tranquila en la facultad esperando al profesor de mi siguiente clase
cuando escuché el diálogo entre dos compañeros, el cual paso a detallar.
Resulta
que el compañero, llamémoslo “Fulano”, es un buen dibujante –Acá es cuando hago
un inciso y les cuento que estudio en la Facultad de Humanidades, no en la de
Bellas Artes- o al menos eso decía la compañera con la que hablaba, a la cual
llamaremos “Mengana” (Soy re original, eh?).
Y ahí,
en el momento pelotero de la conversación, cuando por poco le agarro el
cuaderno para comprobar si era el Picasso del S. XXI, Mengana larga: “Yo si tuviera un talento no
estaría estudiando acá”. (Si sos lector/a asiduo/a de mis artículos sabrás
que sufro trastornos mentales severos, los cuales me provocan señales adversas
tales como tics frenéticos en ambos ojos, sequedad en la boca y temblor en las
extremidades superiores. Si es la primera vez que me lees, estás a tiempo de
huir.)
Y ahí,
en medio de un ataque de ira incontrolable es que nació esta posta: QUÉ
DESAGRADABLE LA GENTE PAJA.
Y cuidado con la etimología engañosa que les haga pensar en otra cosa que no
sea “Lo inútil y desechado en
cualquier materia, a distinción de lo escogido de ella”, séptima acepción
de la palabra “paja” en el diccionario de la RAE.
Sí, me
refiero a esa gente que, careciendo de actividades productivas en sus vacías
vidas se empeñan en rellenar lugares que no les toca. Y gente paja hay en todos
los ámbitos de la vida pero como ahora la que me toca aguantar es la que está
en la Universidad es a la que le voy a dedicar este post.
En fin,
sigo. Es genial porque resulta que por un momento se me cayó el mundo encima e
incluso pensé “¿Qué hago con mi vida? ¿Cómo dejé de estudiar Comunicación?”
JAJAJAJAJAJA no, mentira, la segunda era para dar impacto.
Pero
debo reconocer que el tema “talento” se me pasó por delante de los ojos como si
fuera Bruce Willis a punto de estallar el asteroide.
La
angustia duró unos segundos. Luego vino la indignación. Pensaba si alguien se
cuestiona el hecho de que Mario Vargas Llosa o Miguel de Unamuno carezcan de
talento. Es estúpido el mero hecho de escribirlo.
Lo
cierto es que la persona paja tiene un enorme problema de generalización porque
piensa que TODO aquel que la rodea es igual de inepto y desinteresado en
aquello que hace.
¿Qué
pasa cuando entrás a una Universidad que carece de una prueba de acceso? Y sí,
se llena de gente paja.
Lo más
lindo de todo es que intenta hacer como si no pasara nada, levanta la mano ocho
veces por clase y entre susurros le dice al de al lado lo “asqueroso”,
“infeliz” y “pedante” que es el profesor ese que no se digna a contestar de buena
gana toda la sarta de disparates que le pregunta.
¿Por
qué? ¿Por qué tenemos que seguir aguantando a la gente paja? NI DE LEJOS se me
ocurriría compararme con los dos maestros que cité anteriormente pero me gusta
y mucho lo que estudio. Sinceramente, opino que si en lugar de 300 fuéramos
30 los asistentes a clase no solo disfrutaríamos más sino que también
aprenderíamos un cien por ciento mejor.
Ahora
es cuando salta uno y dice “¡Qué injusta! Hay personas que hacen muchos
esfuerzos por estudiar”. Mi respuesta al que opine así es esta: Definitivamente
vos, sí, vos, sos un lector paja. Fuera de mi blog”.
¿Saben
cuántas personas se graduaron en 2012, en total, sumando las 9 licenciaturas y
las 3 tecnicaturas que se imparten en la FHCE? 87. ¿Saben cuántos nuevos
alumnos hay por generación? Entre 800 y 900.
La
deducción es lógica (No me hagan sacar cuentas. Me gusta pero ondeo la bandera
del “soy de letras” a mucha honra).
Y
bueno… Esto se me va a pasar. O no. Porque ese ser sin “talento” que hoy
estudia algo de letras porque no tiene otra cosa que hacer capaz que dentro de
12 años se recibe e incluso compite contigo por un puesto de trabajo.
Pero
tampoco vamos a pedir más, si eso hace la mayoría del país y sin embargo los
vendedores de fibra no aumentan las ventas… Es todo un problema intestinal, al
fin y al cabo.
Uf… Me
quedé sin frase para acabar así que me voy a ordenar la biblioteca que, como
dijo el gran Borges “ejerce de
un modo silencioso el arte de la crítica”.
L.Z.